Nací en Tamaulipas, desde muy pequeña debido a la profesión de mi padre cambié de residencia en muchas ocasiones; no puedo decir que soy de algún lugar en específico porque de todos los lugares donde he vivido me he quedado con un pequeño trozo de ahí, por eso es que a veces, digo que soy un poco vaga en mi mundo.
En ese sentido, estudié en muchas escuelas, y si el internet hubiera existido de esos tiempos, hubiera recurrido a él para conservar a mis amigos y amigas, pero como no fue así, fui dejando impresos en mi memoria los nombres y rostros de los que consideré como aquellas personas que dieron felicidad a mi vida.
Finalmente aterrizamos en Quintana Roo, un lugar en aquel entonces algo perdido, algo selvático, y con ese aire de pueblo donde todas las personas se conocen, hice de este lugar mi hogar, sí; vivo en Chetumal, es un hermoso lugar, lleno de paraísos naturales, tranquilo y aunque nuestra economía está estancada en la zona sur, soy feliz en este lugar, tengo una hermosa familia, mis hijos todos excelentes estudiantes y profesionistas, además tengo la fortuna de ser una abuela joven.
He ocupado varios trabajos en el transcurso de mi vida, soy contadora de profesión, estudié un doctorado en Gestión Estratégica y Políticas de Desarrollo, actualmente estudio un doctorado en Educación, los dos por la Universidad Anáhuac; y la Especialidad en Competencias Docentes en la UPN; por las mañanas soy asesora de calidad en los Servicios Educativos de mi estado y por las tardes imparto clases en el Cbtis 214, sin duda es la profesión que mas disfruto, porque compartir con mis muchachos me llena de energía y alegría, disfruto enormemente escuchar sus discusiones cuando resuelven alguna actividad marcada, me doy cuenta en ese momento si he permeado o si el conocimiento compartido ha sido comprendido.
Recuerdo como si fuera ayer, mi primer día de clases; había iniciado en la Coordinación de la DGETI, me habían dado la oportunidad de realizar mis prácticas profesionales en el área de recursos humanos, posteriormente me ofrecieron horas docentes y me dieron mi cambio a la dirección del CBTIS No. 253, ahí ayudaba a elaborar horarios, es la forma en que aprendí a realizarlos, pero mi inquietud iba mas allá de ser administrativa, quería ser maestra, ya con mi carrera terminada me armé de valor y solicité dar clases debido a que mis plazas eran docentes, me dieron la anuencia después de que la clase se había quedado acéfala por el cambio de la titular hacia otro estado, iniciaría con una materia que en aquel entonces era “Desarrollo Motivacional”, no era la primera vez que estaba frente a grupo pero si a ese nivel, antes para poder darme las plazas me habían solicitado que tomara un curso de inducción a la docencia, ahí me enseñaron muchas cosas, más que nada a desenvolverme en un aula, mas no la pedagogía.
Vestía jeans negros y blusa roja, me temblaban las piernas y la voz, jugaba con el gis con mis dedos; había preparado mi clase a conciencia, me tocó el grupo de mantenimiento de cuarto semestre, al entrar me horroricé porque eran puros varones, me presente y empecé mi clase, poco valieron las técnicas que había aprendido en el curso introductorio, empecé a escribir en el pizarrón totalmente de espaldas al grupo, los chiflidos no se hicieron esperar, no sabía si darme la vuelta o seguir escribiendo, soy de carácter fuerte y mi rostro siempre ha sido de pocos amigos, no necesito disimular mucho porque me sale perfecto, poco a poco fui ganando la simpatía del grupo, en este lugar tan pequeño donde vivo, todavía me encuentro a esos alumnos como profesionistas y padres de familia, algunos biólogos, otros ingenieros incluso médicos, de todos ellos, había uno especialmente singular, era un chico que me hizo la vida de cuadros con sus bromas y su enorme sonrisa, al final nos hicimos amigos, ahora, cuando me encuentra me rodea con sus brazos de oso y me da un fuerte abrazo, me da las gracias por aquel entonces cuando fui su maestra, cuando me cuentan sus experiencias me doy cuenta que he hecho bien la tarea.
Como decía Esteve, 2003 aprendí a través del ensayo y error, cada día era una forma nueva para dar mis clases, a veces me encontré en años posteriores con una gran dificultad para establecer la empatía, no existía la química entre el grupo y yo, llegábamos a un acuerdo de soportarnos mutuamente en beneficio de todos, sin embargo no todo ha sido felicidad, he llorado a lagrima viva porque no logro permear en la mentalidad de mis alumnos el ansia por el aprendizaje; me ha tocado trabajar en los dos turnos, desafortunadamente los alumnos que están por las tardes son considerados menos estudiosos que los del turno matutino, este año, me propuse de que las cosas cambiarían, me tocó estar con ellos cuatro horas todos los días en contabilidad, tuve de todo, un rapero, a veces cuando él se me acercaba con un vocabulario florido hacía un esfuerzo sobre humano para no contestar como suponía que debería, fui poco a poco preguntándole lo que significada cada cosa que él decía, al final de la clase se quedaba unos momentos más para darme clases del significado de sus palabras combinado con maya e inglés, fue muy divertido porque aprendí cosas nuevas, a pesar de que nuestras clases a veces terminaban a las ocho o nueve de la noche y terminábamos cansados, tras esos encuentros pudimos entendernos y cada día nos motivábamos diciendo que éramos grandes por ser un grupo de en la tarde.
Sin lugar a dudas sigo aprendiendo y emprendiendo nuevas técnicas de enseñanza, cada día es nuevo reto, he aprendido que el tener un mayor conocimiento me debe hacer más sensible para poder transmitir, trato de ponerme en sus zapatos y romper mis propios paradigmas de enseñanza, a veces me sale bien, otras no tanto, esas no tanto, después de la primera unidad doy un paso atrás a fin de recomponer a tiempo, escucho sus opiniones y sus puntos de vista acerca de cómo debo poner disciplina, o métodos que ellos suponen que resultarán, me gusta acceder a eso porque me gusta que sientan que no es tan fácil nuestra tarea, cada uno es diferente y a cada uno debemos encontrar la forma de llegar, mas con aquellos que no logran ir al paso, no siempre lo logro, me falta mucho por hacer y por aprender.
Esta especialidad me ha traido muchos beneficios, el término del módulo uno fue de mucho aprendizaje, desde el propedéutico, hasta la unidad cuatro, en principio a familiarizarme con la plataforma, el protocolo de comunicación y la nomenclatura de nuestras actividades, el portafolio de evidencias está lleno de mis experiencias durante este módulo; disfruté las lecturas tan amenas como las de la primera “La aventura de ser maestro”, los andamios, los teorías y modelos educativos desde la escuela tradicional hasta la actualidad la RIEMS hasta el conocer a mis alumnos desde otra óptica, y tan interesantes las de los acuerdos, y cada uno de los recursos a los que tuvimos que recurrir para satisfacer las demandas de las actividades que nos marcaron. La RIEMS es sin duda, una de las acciones más importantes en las que he participado en lo referente a Educación, me da gusto por mis estudiantes, mi estado y mi país.
En fin, esta especialidad me ha inspirado para la toma de decisiones que están marcando un cambio en mi vida, eso es trascender, bravo por eso!!.
Tuve que cortar la mitad de mi confrontación con la docencia, porque las experiencias son muchas y los espacios pocos, en otros momento tal vez, escribiré mucho al respecto.
Un abrazo!
D.